Esta semana entró alguien nuevo al trabajo de mi polola, y le tocaba a ella con su jefa hacerle la inducción. Había preparado guías, ya que esta persona nueva iba a tomar parte del trabajo que está haciendo la Anne hasta este minuto.
Llega la reunión, la jefa hace su parte de la inducción y pasa muy por encima el material preparado para enseñar, dándolo por asumido. El resto de la historia no nos importa mucho, pero ese momento fue en el que la Anne se dio cuenta de que el problema de su jefa era que no sabía enseñar no que era una mala persona.
Yo sé que tu también te has topado con alguien así, que se le dan fácil las cosas, o que han estudiado mucho, pero que no saben explicar. Está esa vieja frase que dice algo como “solo sabes algo cuando se lo puedes explicar a tu abuela” y no puedo estar más en contra.
La maldición del conocimiento
Esto viene a darle nombre a algo que todos conocemos, a ese sabelotodo que no es capaz de hacerte entender algún tópico.
Por definición, es un sesgo que posee una persona de asumir que los otros tienen el conocimiento o experiencias necesarias para entender lo que está diciendo. Definido por mi, es alguien que cree que todos saben lo que él sabe.
Ese académico super cool que ha estudiado 20 años, pero que no es capaz de hacer una diapositiva didáctica (aparte de no saber prender el proyector) sufre de esto. Es que las habilidades o conocimientos que te entregan 20 años de estudios son sobre tópicos super específicos, no sobre como ser pedagógico para enseñarlo.
Más allá de si es que tener esta maldición es bueno o malo (quizás su nombre está un poco sesgado), su existencia nos da pie para pensar que el saber no va necesariamente de la mano con poder explicar
Divulgación científica
Por otro lado, se hacen famosos los expertos que logran transmitir la información de manera sencilla. Sin embargo, esto no significa que sean los únicos que tienen el conocimiento.
Al hacer más ruido pareciera ser que son más, pero existen muuuchos otros expertos que no están bajo las luces del espectáculo, o de la sala de clases, por lo que lo más probable es que su manera de enseñar esté lejos de ser la mejor.
Para los académicos es válido también no querer o no tener tiempo para estar enseñando de la mejor forma. Ese equilibrio que existe es sano para nuestra sociedad; gente que esté enfocada en crear mucho conocimiento nuevo y gente que lo entienda y sea capaz de compartirlo.
Dedicarse al 100% a sus investigaciones y estudios es igual de útil que ser bueno compartiendo sus hallazgos con otros.
Enseñar es vocación
Sin duda hay un componente interno al tener pasión por explicar y enseñar. Con esto me refiero a que no a todos les gusta enseñar y es entendible. Es un ejercicio complejo que a veces se siente como remar contracorriente.
Es por esto que pedirle a un especialista que además sea bueno enseñando no tiene mucho sentido. No deberíamos forzar o validar su conocimiento en base a su motivación para ser un buen docente.
Finalmente, es una razón más para entender que el saber y el poder explicar son cosas que no necesariamente van de la mano.
Palabras al cierre
Partí este post con la idea de hablar de la maldición del saber, o curse of knowledge, pero terminé en cualquier otra cosa. Un poco de la magia (?) de sentarse a escribir.
Después de haber escrito, propongo una frase mejor: “si se lo puedes explicar a tu abuela, es porque lo entiendes perfectamente”. Esta cambia un poco el paradigma, dando vuelta la implicancia. Si es que lo puedo explicar, entonces lo sé. Pero si no lo puedo explicar no significa que no lo sé.
Obviamente es una apreciación mega personal, si que aquí me gustaría leer sus pensamientos! Resumidos en dos preguntas
Te hace sentido la frase original? O te inclinas más por la que propuse?
Como siempre, puedes responder este mail para contestar, o simplemente dejar un comentario
Finalmente, más abajo tienes el buen botón de megustear para hacerme saber que te interesó lo que viste.
Gracias por leer!
Hasta la vista,
Nico